De las 18.300 toneladas de alimentos que el Banc dels Aliments distribuyó en 2023, el 60% fueron alimentos recuperados. Cabe destacar que estos alimentos se distribuyeron, mediante la red de entidades sociales con las que colabora, a 130.000 personas en situación de vulnerabilidad de nuestro entorno.
Los alimentos recuperados suponen una huella ambiental de 21.175 toneladas de CO2. Así, al evitar el desperdicio, estamos evitando el coste económico y también el coste ambiental de volver a producir estos alimentos para el consumo.
El problema del desperdicio afecta de forma global a todos los hogares, también a los catalanes. En este sentido, conviene destacar una cifra importante: cada persona desperdicia 61 kilos de alimentos al año. Esta cifra no solo tiene un impacto económico, sino también un impacto ambiental, porque esos 61 kilos de alimentos corresponden a 118 kilos de CO2 que contaminan nuestro entorno.
Estos datos son especialmente graves cuando, en Cataluña, una de cada cinco personas adultas vive en riesgo de pobreza o exclusión social, y uno de cada tres niños sobrevive con una alimentación deficiente, según los datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) del año 2023.
La recuperación de alimentos que, desde hace más de 35 años, realiza el Banc dels Aliments (BdA) lo posiciona como un agente activo en la lucha contra el desperdicio. Y esto es mediante los diversos programas de recuperación y transformación que realiza:
- Con la campaña «Recuperamos y transformamos alimentos en comidas», el Banc dels Aliments busca la colaboración de las empresas, para mantener y reforzar su labor, así como sus programas de aprovechamiento alimentario.
- Las empresas que quieran colaborar con el Banc dels Aliments pueden participar ya sea haciendo una aportación económica en el sitio web, o a través de la organización de iniciativas solidarias con sus clientes o equipos.